Cada vez que tengo una expedición o salida con clientes en la que estaremos en la montaña por muchos días, tímidamente se me acercan algunas mujeres a preguntarme cuál es la mejor manera de ir al baño, o qué les puedo recomendar para enfrentar el periodo menstrual en la montaña. Es indudable que para nosotras las mujeres no es fácil tener que lidiar con estos cambios hormonales, incomodidades de espacio y muchas veces con la poca empatía del género masculino, el cual tiene aventajadas maneras de ir al baño, incluso en noches de tormenta en donde, por ejemplo, pueden orinar desde su saco de dormir utilizando una simple botella para el pipí sin tener que exponer sus nalgas a las inclemencias del mal tiempo. Pero bueno, mi lema es: “lo que no te mata te hace más fuerte”. Por suerte los años de experiencia me han permitido manejar óptimamente la ida al baño y sobrellevar de buena manera los procesos fisiológicos femeninos en condiciones de montaña, por lo que después de muchas expediciones creo que puedo entregar algunos consejos que pueden ayudar a hacer la vida un poco más sencilla a quienes comienzan en el mundo del montañismo. En el siguiente artículo, y por razones de espacio, me enfocaré en la necesidad n°1 (el pipí) y en consejos para afrontar la menstruación durante expediciones.
